miércoles, 16 de abril de 2014

DE VUELTA DE TODO, DE VUELTA DE NADA.

Biejo.

Ya no tengo cara de niño, ya se fue,  mis ojos dejaron de brillar,
y sin aviso alguno, me robaron la niñez.
Mi inocencia ya no es la que era, deje de ser niño,
me convertí en un viejo, ya no me rio de tus gracias fáciles,
ya no me divierto entrando a bares y meando en las alfombras.
Perdí mi niñez, ya no me sorprende que mi  macizo del Jura
 se haya convertido en una llanura.
Muestro más indiferencia que sorpresa.
Vengo de vuelta, y vengo engañado, nadie me aviso de esto.
 Yo no esperaba un robo, sino más bien una evolución.
Nadie me aviso de que fuese violado, por la realidad.
yo pensaba que sería un buen polvo, tranquilo, gustoso y sosegado.
Pero cuando me di cuenta, ya tenía un trauma. Ahora solo me queda terapia,
terapia para avanzar y no morir. Morir como muchos otros,
 que murieron  hace un tiempo.
Ellos quizás no lo saben, aún tienen niñez, pero yo si lo sé. Vi su nombre en alguna sepultura de ya no recuerdo dónde.
Yo no quiero morir, quiero estar vivo, aunque reconozco que mí panteón está en obras. Todo a su debido tiempo.
 Ya no me importa la escalera, subí  la mitad de una vez, y ahora tengo miedo.
 Si me violaron una vez, ¿que puede pasar si sigo subiendo? Bueno no me importa,
Aún sigo vivo, o al menos eso creo.
Me gusta odiar, amar, reír y llorar. Las mujeres ya no son mi enemigo, quizá los hombres, pero qué más da. Siento lástima por ambos. Ya no entra en mi interés.
Me gusta dar consejos, y no que me los den. Conozco tu problema, pero jamás sabrás cual es el mío. Y si lo sabes, alza ese puño, brida con esa jarra de cerveza,
 “somos los malditos” -grito-  aunque tampoco quiero tus consejos, tú aún sigues ahí.
No le tengo miedo a un zorro, ni a un león, tampoco a un toro-bravo- yo soy mi miedo, me temo, y no sé cómo dejar de hacerlo.
No voy a atormentarme, no soy víctima, más bien verdugo. Aunque respeto a las víctimas, éstas aún no saben que lo son.
 Ay! –Grito-  Qué envidia, como me gustaría seguir siendo esa jodida víctima. Justificar mis problemas, ponerle nombre a los culpables, y tener ese iluso miedo de un pestillo olvidado en una cabaña en el bosque, creyendo que un psicópata va entrar a matarme o secuestrarme o quitarme los órganos.
Oh! Como me gustaría temer a eso!  jodida ingenuidad, maldita ignorancia.
Si volviese atrás te esperaría hasta el último segundo. Puta realidad, no dejaría que me violaras, me atormentaras, me quitaras mí inocencia, mi ternura, para dejarme en cueros en este valle, en esta llanura. Ya no sé a dónde ir.
No hay carreteras de doble sentido, todo es arena y prado, no hay señales, todo son árboles, pinos, musgos, pero no señales.
A lo lejos veo un río, pero es invierno y sigue medio congelado. Tendré que esperar a verano para abalanzarme a su corrientes.
Ésta, es ahora mi carretera, limitada en tiempo, en el espacio.
A veces arroyos, otras avalanchas.
No creo en los años, tampoco en las edades. Creo en los hechos, y en las demostraciones.
Éste es mi camino, el que no elegí, solo curioseé, y ya no pude salir.

Ya no tengo cara de niño, ya no me hacen gracia esos chistes fáciles y lentos.


Dastin!