lunes, 4 de agosto de 2014

El mal del sentimiento.


Homónimos de cuerpo y alma, seres de dos cabezas
Dromedarios de la ira, escrupulosos al sapien,
Pintorescos de la vida, reaccionarios del saber, seguidores del infierno
Pecadores sin querer.
No es por si saber, de cuan regular tú eras,
Al margen de tu tuétano, y de tu ilusión de querer
Desarraiga ya, tu ilusión de cadenas y cuchillos, no es por más ver
A La luna lo cerca que esta del llanto.
Llora y no lo ves
Grita y augura su dolor, la lejanía de su manto destierra
El caos que observa, y con dulzura y pudor se aleja,  ¡tanto!
Que pronto, ya no podremos verla. Pero volverá cabreada y furiosa
Y ya será tarde, los pecados , se trasformaron y ahora son lejanos,
Solo te quedan los parques, y dar alpiste a las palomas, en aquel parque
Que ahora recuerdas, empapada de nostalgia  tus noches adorándola.
No pudimos parar a la luna y ahora ella nos devuelve lo que nos avisó
Advirtió que la dicha es efímera, que conserves tu genuinidad, y ahora lloras,
Tres lustros más tarde lloras, lloras y quieres volver… pero ella te avisó.

Ya es tarde, y eres igual que el sentimiento: intenso, pero caduco
Ya has caducado, y solo te queda pensar en lo que eras
No es tu culpa, todo sucedió rápido, pero en piedra se grabó al igual que
Tu homónimo ancestral, tú ya no eres pétalo de olor, 
si no regalo de un buen día de san Valentín,
 decorando la cama de tu sombra,  con los sueños y flaquezas que tu no supiste descifrar,
 y con suerte ella tampoco lo hará, y también marchitara.


La luna te aviso, y ahora ella ha vuelto a llorar, y sus lagrimas ya no serán
los que el recuerdo te podrá dar.








Dastin