lunes, 22 de junio de 2015

HISTORIA DE DOS AMANTES



¡Calma corazón, ten calma!
que la noche aún es larga
y el caballo echo a volar,
Largo tiempo buscando el mirlo blanco
Nos encontramos la llanura,
Miedo a proponernos encontrarlo
Trechos que apostaban la vencida.
Pero Juntos observamos el cielo, sorprendidos
fruncimos el ceño y agachamos la mirada de nuevo.
Sucumbidos e incomprendidos, ahogamos
Nuestro ser en las aguas de la bahía.

Colibríes audaces volaban al son de las nubes,
Pero nuestro sueño aún quedaba lejano
Juntamos nuestros pechos impolutos de cristal
Y rozamos el vil y duro hielo de ambos
Pretendíamos la unión pero la soberana ansia del amor
Desbordo nuestra razón,
precipidados pues, a la humildad del alma y sus
Destierros,
 Abracémonos dijo;  hasta que el limbo nos absorba
Y a lo lejos de la aurora,
acercábase la luz del día
Mientras el cristal se fundía,
y como manantial crecía
los sollozos de aquella lira
que ambos no comprendían.

El deshielo auguraba en nuestros lechos de hombres
Y mientras se iba acercando.
Creímos pues que la alquimia era cierta
Y el manantial se expandía sin razón y caos
A lo lejos, brillaba como un reflejo celestial
El sol destellaba sin cesar,
Y el horizonte se percibía dichoso
¡Creímos encontrar al mirlo blanco!

Nuestras entrañas ya maduras
 Consiguieron ver a Apolo,
Y mientras éste se iba  acercando.
A lo lejos nuestros sueños seguían brillando,
Pero en la copa de aquel lejano árbol
un mirlo negro desahogo su cansancio,
Concienciando así a sus héroes,
que no por mal color
Regresa el clero a su sacristía.

Deshonestos entiéndase pues,
Que no era más lo que sentían,
Si no lo que querían,
y mientras del silencio obtuvo
lo que inevitable se encontrarían,
confusos ya no veían
ni de lejos aquella bahía, 
Dejando a un lados pues,
Las estelas de sus alegrías.
el mirlo blanco voló,
tan lejos, que ni se percibía.





Dastin.







martes, 12 de mayo de 2015

De la irracionalidad del ser.



Dícese de un cuento,
 a lo largo del destiempo
Cuan razón augura en mente,
sino más que lleva el viento.

Veloz agudiza su presente
No mas rápido que  el Sarmiento,
Pues su credo de momento
no más lejos del concierto
anda desafino por su gran desontento.

Mas si quiera su juicio alberga
la alegoría de la caverna,
pues entre lapas abarca,
la jaula que hoy escarcha.

A tesón y gran rabieta,
Al final se pone su chaqueta,
Cuestión es, que valga receta
Como la del médico a su escopeta;
Que no por mas larga  culata,
Acierta al plato en charanga y pandereta.

Al pobre habla de riego
Y al rico de la hacienda
Con ñapos guarda maqueta,
Pues de reojo su mirada sigue inquieta.

Mas basto, seguir con la rifa
Apuesta hacia su chancleta
Perdiendo en tanto su geta
Maldice en cuanto a su trepa,
Que por nunca mal decir;
Rencontróse con su cuerda
Hilando fino dio la vuelta
Acabando en tanto, con su chaveta.


Dastin.


sábado, 7 de febrero de 2015

SEÑORA



Sus lágrimas caían sin temor alguno
sin más arrullo que la brisa
aconsejando sus vanos pensamientos.
Solía decir;
“La verdad es bonita, mientras no parezca mentira”
Pero la suya,  
había penetrado en el averno.

Sus labios empapados de carmín,
inexpertos y temblorosos, 
rendían un susurro
Ávidos de verborrea, 
 augurando a lo divino.

El devenir es lejano, -decía- 
 y el vaivén de mi corazón
roza el martirio del castigo.
Su dolor se hacía más intenso,
ya a lo lejos, pudiéndose comparar
 con la bóveda del firmamento.

Ya en sus tinieblas entablo,
 la paz que habita en su alma

Pues no era más que rencor,
en el Hades de su ánima.


Dastin.

martes, 16 de diciembre de 2014

DE LA BREVEDAD DE LA VIDA




Para Adrian Corbalan,  
"porque sin conciencia,  somos alguien".


Sin maletas llevo mi vida,
no guardo nada en ella
Dejo el libre albedrio a su abundancia,
 La técnica de no buscar
Pero la insistencia de encontrar.
No hay diccionario valido,
Ni ángeles que guarden tu almohada
Solo quedas tú, yo, él o ella
Y los viajes de indeterminación
Que nublan la conciencia,
dejando el tesoro interno aflorar
 aparentemente desenfocado.



Pero Ahondando en el encuentro de lo trascendente
destrozamos  la quimera del ser,
Y sin respeto me enfrento a ella
y con despecho me abraza la locura
 Y con un sutil humor  y mofa me responde;
Cuan desolados se encuentran, cuando
Buscan valía por medio de la cortesía.
No llores por la pena de lo externo,
 Pues el camino lo eres tú, y del mismo
Y con audaz sospecha, dejaras de serlo;
Como el rocío vespertino cayendo sobre la tierra
¿sera la culpa de la gravedad?

No mires la silueta de tu sombra,
pues  ésta, no es real,
cambia cuan intranscendente es tu posición.
Camina hacia el sur o el norte, que más dará
El sol guiara tu sombra,
Deja al menos a tu psique volar
Y  alimenta con ingenio las raíces de
Tu llanura, que si a Marte no llegamos
No seamos fruto podrido,
Y que menos, que buen manjar
Para los siguientes que están por llegar.

Somos violaciones autorizadas.


Dastin










lunes, 8 de diciembre de 2014

Una historia que contar



Para Alfonso Valera, el tiempo lo es todo.

Sótanos desolados  por arrugas del tiempo,
Tristezas compartidas con sonrisas sin dientes,
Copas de vino por acabar, vasos de cerveza caliente
Esperando a su dueño volver, y mientras
 Jonny Walker
 va Haciendo su trabajo, pronto cambias de bando,
¡dicen!  Crees que el mundo sigue mirandote.
Los codos, eran los héroes de aquel sitio,
 sosteniendo cabezas, y sueños por comenzar.
Aquella barra olía a fracaso, se desprendía entre la muchedumbre,
Podías ver la realidad, y además estaba sucia.
Se entrecruzaban consejos inútiles y frases inacabadas,
Nadie se miraba al espejo, solo al frente.

A la izquierda estaba Bruno flirteando como siempre
Con la vieja Dolores, ya no tenía nada que ofrecer,
Los años habían pasado por ella, su sonrisa ya no era
De inocencia, pero aún mantenía unas bonitas piernas.
A la derecha el corrillo de la esperanza,
siguen creyendo que no es su culpa
Y pasan horas y horas, despedazando a cualquiera
 que no esté en ese momento. Siguen siendo niños.
Algún día les diré su verdad,
pero no soy quien para quitarle sus momentos de desahogo.
Enfrente,  el nuevo Barman, esbelto y con una sonrisa de oreja a oreja,
Creyendo que el mundo no acabara, y que la vida es eterna,
sus posibilidades infinitas Y su éxito inagotable.
Tampoco seré yo quien le diga que todo llega.
Llevo horas mirando el mismo trozo de madera desgastado y con nombres
De alguna pareja que ese día fueron los amos de la noche.
dios y ninfa, súbdito y maestra... Sabios.
¿dónde estarán ahora? En realidad no importa,
Cualquier cosa me distrae antes de empezar con la agonía de mi vida.

Mi ropa huele a centeno, llevo semanas sin tocar el agua, 
y en mi habitación ya no hay destellos de luz.
¡Malditos burócratas, creen saberlo todo!

Vuelvo la vista hacia atrás,
A veces noto los desgarros en mi alma de las miradas ajenas,
éstas asustadas y con cara de pena, fumando
Su cigarrillo, y creyendo que su vida aún puede mejorar.
Yo toque fondo,  más bien el averno, solo espero
Que Dios sea justo, y no tarde más de dos o tres vasos de Tósigo
 en llevarme al otro lado. El dinero se me acaba y creo que éste,
  no será justo hoy, tendré que esperar otro día más.
Vuelvo a aquella habitación de nostalgia
 a esperar que salga el sol y volver a ver a Bruno.

Ya no me quedan lágrimas, ella se las llevo todas,
me engañó como a un niño, me hizo creer en su ilusión,
Al principio la creí, pero fue cuestión de tiempo;
Hasta que ambos nos miraros fielmente y no fue necesario decir nada más.
Creo que ahora sigue engañando a otros, no le fue suficiente con migo.
Ese es el error, no contentos con un desengaño, creemos que
Si volvemos a intentarlo todo saldrá mejor.
 Ilusos!

Mientras, Bruno, Dolores y  el corrillo de la esperanza,
Cambiaran de bar. Quizás al del viejo Faustino,
 ¿quién sabe?
Yo seguiré a solas, pero sin mí. Sigo confuso.
Lo que si se,
que a los tres meses, volveré a verlos de nuevo…
el silencio volverá a acabar
sin embargo, el sol volverá a salir por el Este.

La vida es una mierda y luego te mueres.



Dastin.




viernes, 17 de octubre de 2014

Mirémonos, la pasada noche.


Si todos los caminos dan miedo ¿Cuál es el tuyo? 

El mío es el devenir, la ola y su bruma, el agraz y la inquietud
El escondite maldito de no saber, el mirar de reojo, el notar timidez.
La puerta trasera de aquel bar, el horizonte donde no mirar, las calles con
muebles sucios y viejos, aquella sonrisa suspicaz.
Soy como la orquesta sin director, el oboe descarriado,
La trompeta mal afinada sin compás de dos por cuatro.
El molino antes de un huracán, viendo su destino, y sin poder hacer nada.
Soy el ciego ante un anticiclón.
Colibríes desorganizados, montañas bajo tierra, y mares que llueven.
Envidio a los animales, ellos son los privilegiados.
¡Malditos arboles perennes! extasiados de quietud y armonía, 
no quiero tu amor de invernadero; insípido.
La música suena en otra cadena:
en los chopos, con su otoño y primavera, que se renuevan, que mueren
y más tarde vuelven a nacer.
Yo soy el poliedro de tus angustias.
La muerte, es el miedo a no morir, a contar ovejas por las noches,
a echarle una foto al arte, a hablar y no decir nada, a mirar y que no sonrías.
Seremos como nubes de alma noble, sofistas de la realidad, titiriteros de la vida
y tremendos de lo extraño. Maquillaremos el miedo y le daremos la vuelta,
convirtiéndolo en ODEIM falsificado.
Somos la marca blanca, la barata, la que antes se acaba. Nos movemos al son de los concéntricos aros de una madera podrida y detestable, de mala calidad, que no vale ni para hacer fuego, que no es útil; pero flota, y sabe cómo atravesar los ríos.
Creo en el antes de un beso, en la mirada de celos, en la rabia prohibida, en la noche sin dueño, en la pasión sin amor, en el druida sin cura. Me apego a la desfachatez, al culto de lo informal, a la ironía de la vida, y al sin sentido de las cosas.
Somos la alquimia de lo moderno, los roedores del egoísmo, el credo de un ateo y la sonrisa de un niño antes de cumplir años.
Mirémonos nosotros, los sin rumbo y alabemos la suerte de creer que cualquier día podría ser mejor, pero no igual.
Somos los herederos de Calígula, y en su honor diremos, AMEN.

AMEN!


Dastim.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Poema a la vía Láctea.

Poema a la Vía Láctea


Remolinos de polvo místico se desvanecieron en un devenir,

aflorando así, la fuente de la incertidumbre, en ella como en

el azar, se desprende el yacimiento de una idea.

Remota al círculo perceptivo, se haya con  tesón  la

hendidura de un espectro que calienta y atrae al antojo de su

voraz energía. Esa eres tú, estrella madre de la vida, la fuente de lo que conozco, cabreada consigo misma. Tú, luz incandescente, que penetras en mí sed, sin apenas ser consciente.



Ésta, Concéntrica en el cosmos y  avara de resplandeciente brillo, mira sin

Pudor a su eminente presa –Mercurio- fuiste y serás mi primer y único amor,

fuiste mi maestra, pequeñita y recatada, fuerte y atrevida. Pero todo acabó, fuiste un gran mensajero, fiel al tiempo y con desazón al porvenir, te convirtieron en aquella veraz y pequeña manta de fuego ardiente.


Largo tiempo después, apareciste tú –Venus- hermosa y grande, vanidosa y tierna,

Caprichosa y sensual. Tú, como Tú no existe otra, pero de nuevo, las olas

de celos a mercurio, se introdujeron en un devenir apto para volverme loco.

Cuantos como yo te veneran, oh musa de las musas, gigante de la sabiduría al amor,

tiniebla de tus sentimientos y piedra de carbono ordenado, vibrante y apasionada.

Como toda musa arriesgaste demasiado por la fugaz atracción a la diosa madre.


La siguiente eres tú, ingeniosa del presente, ingenua del futuro, pretenciosa de un porvenir aflorado. Tienes todo lo que tiene valor, tus cuatro lágrimas gigantes, y la solitaria con corazón de hiel esperando a que llores. Los cinco trocitos de arena fina, que por fin se separaron allá en tu niñez. Ahora son independientes y únicos, aunque no para siempre. Al menos aún te queda aquel, que ávido a su honra  aún pelea por la genuinidad.

Nos regalas la sombra y con ella la luz de muchas piezas musicales.

Cuántos cambios han pasado, fuimos duros como el hielo, maleables como el fuego,  deplorables y fortuitos, trágicos y espléndidos. tú, diosa –Tierra-, Madre de mis ancestros, madrastra de los que vendrán, cuantos momentos hemos sufrido.

 Te amamos, y amemos, y seguramente te amaremos.


Miro al cosmos, y sueño que estás tú, malvada y bélica, orgullosa y suspicaz. Eres la elección de nuestros errores, la esperanza de la inteligencia, el honor de aquellos que decían conocerte, de los que decían: “ engendraste al siamés de Adán”.

Eres el alimento del alma, del espíritu, eres la esperanza de los pobres, de los muertos y de los que están por venir. Ay! –Marte-, no nos hagas caso, pero haznos creer que siempre estarás ahí.


Dios entre los dioses, venero del sapiens clásico, Júpiter, creación de los elementos más simples, y reverenciada como lo más celestial, y a nuestro ojo, solo eres aquel gigante de la mancha roja.

Para muchos, Cuarto día de la obra; la gran expansión, última cena de los sueños, día de la juventud y el Baco, no te pierdas nunca.

Cuantas órdenes habrán mandado en tu nombre, genios que se creían dioses, avaros de conocimiento que suplicaban un por qué. Y tú, que sin codicia, mantienes el orden de nuestra existencia.


Aún más lejano, exploramos a Hera, dándole de mamar a Heracles, en aquel cuadro maravilloso de Rubens.


Yo me hallo de nuevo en tí, y encuentro al discípulo de la existencia del Credo. –Saturnalia- y la piedad por el esclavo, el festejo y festividad de la prole y  lamentablemente, el arte de la moral. Yo soy hijo tuyo, aunque sé que me has rozado. Pero qué importa lo corpóreo, somos los descendientes de tu adoración y alquimia. Pecadores y obscenos, ilusionistas e ilusionados, pero tú estás allí,  y yo tan lejos, tanto, que mi muerte está tan cerca, como la vida de tu hijo, Titán. Él es la esperanza de que toda tu historia fuera un engaño, tan dulce, que cabe en una ilusión.


Por último, llegas tú, casi al borde del abismo, fuera del alcance de los sentidos, excluido del calor de una madre, lejano, solitario y mezquino. Tú, Dios del inframundo, cólera del mal, enano y a su vez fuerte. Eres todo aquello que fue y dejó de ser, un día existes, otro tal vez no, como nuestra psique, como el amor, como la risa, como el sufrimiento, como aquella idea efímera y fugaz, que aunque intenté atrapar nadie la quiso cuidar.

-Plutón- ahora somos fuertes, mirémonos e intentemos parar el tiempo, y dejemos que la Nada nos diga, cuando y cuan es nuestro momento.







Dastin 04/09/2014.