Violación voluntaria.
Tengo
el alma rota,
ya no
distingo entre pena
o
complacencia.
Soy optimista
a trozos,
agonizo
a minutos,
muero
por momentos,
rezo
en instantes.
Miro,
recuerdo y respiro,
Cierros
los ojos y lloro,
Amo
y no siento,
quiero
y no lo hago.
Comprendo
el fin,
y no
los medios.
Amo
al hombre,
lo odio al mismo tiempo.
Quiero
llorar y no puedo,
deje de existir, creo
que he
muerto por dentro.
Me siento
sucio y terco,
Ingenioso
y blasfemo.
Tengo
miedo
pero no me asusto,
pena,
pero no disparo.
He dejado
de latir, ya no
corre
sangre, solo rabia;
rencor;
Venganza
y drama.
Ya no
me siento fuerte,
Aunque
sí rudo.
Mi
alma ya no siente,
La deje
escapar,
ese mes de luto.
Navidades
prosperas en aquel año,
Inteligencia
forzada,
muerte
de ese niño,
hasta luego infancia.
Adiós,
le dije ayer,
a mí
existencia desplazada.
Muere,
muere, y muere
Y nunca
jamás vuelvas,
¡Vuelvan
lágrimas!,
Vuelvan
a esta casa.
Siento empatía y creo que otros sentirán lo mismo al leerlo porque justamente todos hemos experimentado esos sentimientos extremos y opuestos por lo tanto, confusos. Tengo algo parecido pero no es poema, sencillamente escribí lo que sentía en ese momento, más adelante lo subiré en el blog.
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